jueves, 15 de junio de 2017

LLÁMAME UN DÍA

Colaboración de José Martínez Ramírez

Un cirro en este cielo buscando amor,
subida en una escalera lo abrazó
y llegó a coger el hielo de la desesperación.

Ven a mi vida, llámame un día
y no me digas nunca que no.

Un vaso de ginebra y una gabardina
juntas te abrazan y te dan calor,
flores y brisa, mar y caricias
en las arenas, se les perdió el amor.

Un atardecer de cualquier verano,
un silencio en lo oscuro de un fusil,
la soledad se quedó, no quiso huir
y llora el pentagrama en un piano.

Ven a mi vida, llámame un día
y no me digas nunca que no.

Tus labios son como mecedoras
que van y vienen a todas horas,
con largas caricias y frescas brisas,
en el olvido de esta canción.

Ven a mi vida, llámame un día
y no me digas nunca que no.








No hay comentarios:

Publicar un comentario