domingo, 21 de mayo de 2017

DIOS Y EL HOMBRE

Colaboración de Paco Pérez
SU RELACIÓN EN ESTE MUNDO
El hombre, de una manera u otra, siempre mostró interés por agradar a Dios y lo hacía manifestándole su buena disposición hacia Él con un comportamiento que denotaba un sentimiento más propio de esclavos que de hombres libres, yo soy el siervo y tú eres el señor. En aquella época histórica el hombre pensaba que Dios era algo único que estaba fuera de su realidad y muy distante de él, este sentimiento estaba instaurado en él porque la relación que mantenía con el Padre era a través de los mensajes que recibían por mediación de los profetas, era distante.

Cuando vino Jesús todo cambió ya pues les enseñó día a día qué comportamiento era correcto y cual no, lo hacía sin violencia y de esta manera sencilla les mostraba cómo debían ser en sus relaciones sociales y con Dios. El error histórico del hombre había estado siempre en intentar agradarle mediante el cumplimiento férreo de la Ley pues creían que así Él se lo reconocería y les ayudaría. Todavía no habían comprendido el mensaje de que lo creado fue para nosotros y que Dios lo hizo en una acción sublime de amor hacia sus hijos.
Jesús les manifestaba que Él, el Espíritu Santo y el Padre habían venido para estar junto a los hombres y de esta manera les decía qué debían cambiar para relacionarse con los otros hombres, renunciar a todo lo que no guardara relación con el orden que había sido creado por el Padre para todos. Con esta acción creadora fuimos elevados a la dignidad real de hijos de Dios y por ello debemos comprender que aquello que queremos para nosotros también debemos desearlo para los demás hombres.
Este es el modelo que practicó Jesús cuando se relacionó con los hombres de su tiempo, algo difícil de entender por ellos entonces pero si nos fijándonos en esta realidad ahora comprenderemos mejor, si razonamos, porqué vino Jesús como un hombre cualquiera y no con toda la grandeza de Dios. 
Él mostró a los hombres un camino nuevo para que se relacionaran entre sí y lo hizo para que desapareciera la dependencia que tenían entonces de la Ley… ¿Por qué?
Porque la única ley válida emanaba de Jesús y, el Padre a través de su Espíritu, había realizado en Él el modelo de hombre perfecto para que, en contacto con los otros hombres, les enseñara cómo debían tratar a los demás hombres. Cuando el hombre cree en el modelo mostrado por Jesús y decide participar en su expansión Dios lo acoge y protege.
El modelo de acción misionera que Jesús predicó lo legó a la Iglesia pero no fue entendido, ni lo es en nuestros días, de la misma manera por los primeros cristianos, clérigos y fieles. Los “helenistas”, llenos de fe en Jesús, lo tomaron al pie de la letra y por eso sus predicaciones no eran comprendidas por los inmovilistas pues éstos no aceptaban su forma de entender y predicar el mensaje que Jesús les enseñó; por ello los persiguieron y Esteban se convirtió en el primer mártir cristiano. Felipe, otro de ellos,  huyó a otros lugares para continuar su acción misionera y, por su fe en Cristo, les predicó lo aprendido de Él, hizo milagros a algunos de ellos y las noticias de su buen trabajo llegaron hasta los apóstoles. Pedro y Juan fueron a visitarlo para orar con la comunidad, imponerles las manos y hacer así que el Espíritu Santo descendiera sobre ellos.
Hoy, nos recuerda Pedro los efectos que causó la muerte de Jesús, un solo hombre, en las personas de entonces y en los que nacerían después. Ocurrió así porque un efecto tan grande requería de un comportamiento diario ejemplar y un sacrificio final enorme… ¡¡¡El Hijo de Dios murió para salvar del pecado a los demás hombres!!!
Pero también nos recuerda el modelo de respuesta que dio Jesús para los hombres de todos los tiempos cuando lo humillaron, agredieron y mataron. Ante estas actuaciones ajenas Él nos enseñó que no debemos responder con las armas que ellos usan y lo justificó así: [… mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal.].
Dios, desde el inicio del tiempo, fue preparando el terreno para que su pueblo fuera aprendiendo, antes de que Jesús muriera, los comportamientos importes de toda persona que vive insertada en una comunidad social o religiosa y así; después de morir, resucitar y ascender ya pudiéramos caminar sin su presencia física entre nosotros.
Jesús les dijo, antes de ascender, está en JUAN 14, 16:
[Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad.].
Si nos fijamos en este texto comprenderemos el motivo por el que Pedro y Juan se desplazaron hasta donde se encontraba Felipe en labor misionera.
Como despedida, leamos JUAN 14, 20:

[El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.].

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