sábado, 14 de enero de 2017

JUAN “EL BAUTISTA” CONFIRMA LA CONDICIÓN DE JESÚS

Colaboración de Paco Pérez
Antiguamente, los ciudadanos era pisoteados por quienes los gobernaban pues los tenían sin derechos y los presionaban con la fuerza de los soldados, les imponían cada vez más impuestos injustos, los reyes se metían en guerras y, cuando las perdían, las personas eran esclavizadas y deportadas a otros lugares. Salvando el escalón del tiempo nos encontramos en nuestros días con otro modelo social que manipula a sus votantes con otras muchas arbitrariedades. En ambas épocas esas situaciones siempre generan lo mismo en las capas más desfavorecidas del pueblo, dolor y lágrimas.

Dios siempre se preocupaba de ellos, les prometía cosas por mediación de los profetas y les daba esperanza, una de ellas fue el anuncio de una promesa… ¡¡¡La venida del Mesías!!!
La sociedad donde vivió JuanEl Bautista” también estuvo inmersa en un formato destructivo y nadie hacía nada para solucionar los problemas que los tenían humillados. Él se alejó del lugar para vivir solo, lo hizo de manera no convencional y, a quienes se acercaban hasta él, les aconsejaba que CAMBIARAN su comportamiento.
En nuestros días ocurre igual, se habla mucho de modificar las estructuras por quienes gobiernan los destinos de los países pero a la hora de la verdad nadie está dispuesto a levantar la voz y dar el primer paso, tienen miedo a perder la posición social y las comodidades alcanzadas.
Juan si fue consecuente y cambió sus formas de vida para abandonar la familia, vivienda, vestimenta y alimentación tradicional… ¿Estamos dispuestos a seguir su ejemplo?
¿Qué debemos hacer?
Juan y la naturaleza nos enseñan el camino del cambio y las causas que lo motivan.
Deberemos apoyar y participar en los movimientos que busquen el cambio de las estructuras sociales pero no deberemos olvidar que para ello comenzaremos por comprender que el cambio deberá de empezar en nosotros y después ya podremos empujar y propiciar el de los demás.
El Bautismo que impulsaba Juan necesitaba de quienes se acercaban: Convencerse de su necesidad, desearlo, buscarlo, desnudarse de las ataduras que esclavizan el espíritu, entrar en el agua para salir transformados y empezar una nueva vida cargada de ilusiones.
¿Es malo desear cambiar y trabajar para ello?
Pues hay personas que emprenden batallas y hacen barbaridades para que la sociedad siga estancada en las viejas formas religiosas, políticas, sociales y costumbristas. Quienes no sean capaces de cambiar difícilmente lograrán hacer una sociedad mejor.
Una muestra de la necesidad de ese cambio está en los planteamientos rígidos que el pueblo judío tenía, ellos eran los elegidos y los demás no contaban. Ellos nunca cambiaron sus planteamientos, aunque los profetas siempre les hablaron en otra línea diferente: [Dios es el Padre de todos.]. Hoy queda patente este mensaje en las lecturas de Isaías y de Pablo.
Cuando Jesús se acercó a Juan éste lo reconoció y lo proclamó como se merecía. El Bautismo recibido por Jesús fue como el de los demás hombres, porque era hombre, pero tuvo un significado diferente al que recibían los demás. Debemos tener en cuenta que todos necesitaban cambiar de comportamiento pero Él no, lo que hizo fue comportarse como un hombre y, al recibirlo, confirmarnos que era el anunciado por los profetas y que desde ese momento comenzaba la andadura de su camino. Las palabras de Juan y la manifestación del Espíritu Santo son las pruebas palpables.
REFLEXIÓN FINAL
Con este ejemplo que nos regala la NATURALEZA voy a intentar mostrar la realidad de lo que pretendía inculcarles Juan.
Dios nos muestra a través de ella el camino que debemos seguir en cada momento pero nosotros nos empeñamos en apartamos de él.
El águila, cuando por la edad sufre el encorvamiento de las uñas y el pico y el deterioro del plumaje pues entonces toma conciencia de esos problemas y comprende que por ellos ya no puede cazar como lo hacía antes, que llegará el día que no podrá volar, que no cazará y no podrá comer y que, como consecuencia lógica, le llegará la muerte. Cuando comprende que su vida ha llegado a esa encrucijada real pues ve con claridad que es el momento de decidir entre vivir otro montón de años, renovando esos elementos deteriorados, o esperar pacientemente que el hambre le regale la muerte.
Como la naturaleza es muy sabia pues entonces deciden retirarse a un lugar escarpado donde pasar su convalecencia después de arrancarse primero las plumas y después las uñas y el pico. El siguiente paso será esperar durante varios meses que le crezcan y, durante ese tiempo, guardar un riguroso ayuno.
Los hombres no somos así, sabemos que caminamos hacía el precipicio y preferimos caernos a él antes de modificar un milímetro nuestros hábitos.

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