miércoles, 7 de septiembre de 2016

“EL LELO”, UN BUEN HOMBRE

Colaboración de Paco Pérez
Capítulo II
SU FAMILIA
Nació en Villargordo, en el seno de una familia humilde que vivía en el “Ejido Moya”, el popular barrio local que entonces estaba muy poblado por unas gentes sencillas que eran conocidos como “Los Moyeros” y cuyos descendientes se ganaron en el pueblo la fama de ser muy traviesos, alcanzaron esa fama por las famosas peleas que montaban con los no menos traviesos del otro famoso barrio local que era conocido como la calle “La Luna”, por eso se llamaba a sus retoños “Los Luneros”.

El padre, nació también en nuestro pueblo, se llamaba Manuel Moreno CañasEl Lelo” y fue el titular de ese apodo, el que Luís heredó por ser su hijo. Le pregunté por la historia de “El Lelo” y me comunicó que no sabía la razón por la que se lo pusieron. La madre nació en Mancha Real, se llamaba María Cobo Pulido y fue conocida en su pueblo como “María la Monecilla” pero tampoco supo explicarme nada de este sobrenombre.
El matrimonio tuvo otros dos hijos, eran mayores que Luís y ya fallecieron, los bautizaron con los nombres de Pedro y Manuel.
La niñez de Luís no fue fácil porque eran tiempos de pobreza generalizada y él sufrió esas consecuencias, igual que otros muchos niños de entonces. Me comentó con un marcado rictus de gran pena en su rostro, mientras recordaba los hechos dolorosos de su pasado, que sólo tenía siete años cuando se fue a trabajar como cuidador de ganado a un cortijo de Mancha Real, como sueldo recibía la mantención. Sus progenitores y hermanos trabajaban donde y cuando los contrataban, si había algo que recolectar, pues eran unos tiempos muy difíciles para todas las familias.
EMIGRAN A BARCELONA
Luís tenía once años cuando sus padres tomaron la decisión de marcharse a Barcelona, lo hicieron acosados por la escasez de trabajo que había en el pueblo y empujados por el deseo de intentar conseguir una vida mejor… ¡¡¡Y lo consiguieron!!!
Una vez instalados allí él asistió, como todo niño de su edad, a un  colegio público y acabó sus estudios de Primaria. Cuando tuvo edad para trabajar, lo hizo en varios oficios y, finalmente, recaló en Renfe. En esa empresa trabajó, hasta su jubilación, en la sección encargada del montaje de las puertas y ventanas de los vagones de los trenes.
Se casó con Isabel y tuvieron una hija. Su esposa murió muy joven y Luís mostró  a la sociedad un comportamiento exquisito con su suegra pues no la abandonó y cuidó de ella hasta su muerte.
El padre, la madre y los hermanos también fallecieron ya. María, cuando enviudó, quedó a su cuidado hasta que le dio sepultura y así fue como le pagó a su madre los desvelos que tuvo con él… ¡¡¡Fue un hijo ejemplar!!!















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